Algo lo ata a esa mujer
los adhiere,
los funde en único latido
inexorablemente.
Remolino de alas los envuelve
y giran sobre sí mismos,
sobre la vastedad de sus besos,
mansamente.
No dejan de mirarse.
Conmueven sus ojos húmedos,
oceánicos,
rocío hurgando las almas,
preguntándose
calladamente
reconociendo esencias
y azares
hondamente.
Dilatando
su desnudez de frutas
infinitamente
hasta volcarse mar y cielo
sin orillas
y más tarde
planeta de sueños
inexplicablemente.
Un hora enorme los reúne,los adhiere,
los funde en único latido
inexorablemente.
Remolino de alas los envuelve
y giran sobre sí mismos,
sobre la vastedad de sus besos,
mansamente.
No dejan de mirarse.
Conmueven sus ojos húmedos,
oceánicos,
rocío hurgando las almas,
preguntándose
calladamente
reconociendo esencias
y azares
hondamente.
Dilatando
su desnudez de frutas
infinitamente
hasta volcarse mar y cielo
sin orillas
y más tarde
planeta de sueños
Gabriel Impaglione