viernes, 4 de marzo de 2011

FRIDA KAHLO

Mi noche es como un gran corazón que late. Son las tres y media de la madrugada. Mi noche no tiene luna. Mi noche tiene grandes ojos negros que miran fijamente una luz gris que se filtra por las ventanas. Mi noche llora y la almohada se vuelve húmeda y fría. Mi noche es larga y larga y larga y parece estirarse siempre hacia un fin incierto. Mi noche me precipita hacia tu ausencia. Te busco, busco tu cuerpo a mi lado, tu respiración, tu olor. Mi noche me contesta: vacía; mi noche me da frío y soledad. Busco un punto de contacto: tu piel. ¿Dónde estás? Me vuelvo hacia todos los lados, la almohada húmeda, pego la mejilla a ella, mi pelo mojado contra las sienes. No es posible que no estés aquí. Mi cabeza vagabundea, mis pensamientos van, vienen y se aplastan, mi cuerpo no lo puede comprender. Mi cuerpo te desearía. Mi cuerpo, esa incertidumbre mutilada, desearía olvidarse por un momento de tu calor, mi cuerpo requiere algunas horas de serenidad. Mi noche es un corazón hecho trizas. Mi noche sabe que me gustaría mirarte, seguir con mis manos cada curva de tu cuerpo, reconocer tu rostro y acariciarlo. Mi noche me ahoga por tu ausencia. Mi noche palpita de amor, aquel a quien quisiera contener pero palpita en la penumbra, en cada una de mis fibras. Mi noche quisiera llamarte, pero no tiene voz. Sin embargo, desearía llamarte y encontrarte y apretarse contra vos un momento y olvidar ese tiempo que mata. Mi cuerpo no puede comprender. Tiene tanta necesidad de vos como yo, quizás a fin de cuentas él y yo sólo somos uno. Mi cuerpo te necesita, a menudo casi me ha curado. Mi noche se hunde hasta casi no sentir la carne y el sentimiento se hace más fuerte, más agudo, desprovisto de la sustancia material. Mi noche me quema de amor. Son las cuatro y media de la madrugada. Mi noche me agota. Sabe que te extraño y toda su oscuridad no basta para esconder esa evidencia. Esa evidencia brilla como una cuchilla en la noche. Mi noche querría tener alas que volaran hasta vos, te envolvieran en tu sueño y te devolvieran a mí. En tu sueño me sentirías cerca de vos y tus brazos me abrazarían sin que despertases. Mi noche no me aconseja. Mi noche piensa en ti, sueño despierto. Mi noche se entristece y se pierde. Mi noche acentúa mi soledad, todas mis soledades. Su silencio sólo oye mis voces interiores. Mi noche es larga y larga y larga. Mi noche tiene miedo de que el día no aparezca jamás, nunca jamás, y a la vez teme su aparición, porque el día es un día artificial en que cada hora cuenta el doble y sin vos no es realmente vivida. Mi noche se pregunta si mi día no se parece a mi noche. Lo que explicaría a mi noche porque temo también el día. Mi noche tiene ganas de vestirme y de empujarme fuera para ir a buscar a mi mujer. Pero mi noche sabe que lo que se llama locura, de cualquier tipo, esparce desorden, está prohibida. Mi noche se pregunta qué es lo que no está prohibido. No está prohibido confundirse con ella, eso lo sabe, pero se ofusca al ver una carne confundirse con ella en el filo de la desesperación. Una carne no está hecha para unirse con la nada. Mi noche te quiere con toda su profundidad, y resuena también de mi profundidad. Mi noche se nutre de ecos imaginarios. Puede hacerlo. Yo fracaso. Mi noche me observa. Su mirada es lisa y se funde en cada cosa. Mi noche desearía que descansases en el hueco de mi hombro y que yo descansase en el hueco del tuyo. Mi noche quisiera ser el espía de tu placer y el mío, verte y verme temblar de placer. Mi noche quisiera ver nuestras miradas y tener nuestras miradas cargadas de deseo. Mi noche se volvería suave. Mi noche gime en silencio su soledad al recordarte. Mi noche es larga y larga y larga. Pierde la cabeza pero no puede alejar tu imagen de mí, no puede tragarse mi deseo. Se muere al saber que no estás aquí y me mata. Mi noche te busca sin cesar. Mi cuerpo no consigue concebir que algunas calles o cualquier geografía nos separan. Mi cuerpo se vuelve loco de dolor al no poder reconocer en medio de mi noche tu silueta o tu sombra. Mi cuerpo quisiera besarte en tu sueño. Mi cuerpo quisiera dormir en plena noche y en esas tinieblas ser despertado porque lo besabas. Mi noche no conoce sueño más hermoso y más cruel hoy que éste. Mi noche grita y desgarra sus velos, mi noche choca con su propio silencio, pero tu cuerpo permanece inencontrable. Te extraño tanto. Y tus palabras. Y tu color. Y tus lunares. Y tus hollitos. Y tu sonrisa. Y tus ojos negros como la noche. Pronto va a
amanecer

Mi Noche - Frida Kahlo

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martes, 1 de marzo de 2011

La Mas Antigua, La Mas Hermosa

Yo cantara tus ojos en estrofas sutil
porque el arte me ha dado su lira de marfil;
pero al mirar tus ojos de un azul tan profundo,
solo se la canción mas antigua del mundo...

Yo podría decir el frescor de tu boca
forjando con mis rimas una hipérbole loca;
pero cuando en la fiebre de tus labios me hundo
solo se la canción mas antigua del mundo...

Es la eterna canción del eterno embeleso
y acompaña sus giros musicales el beso.
Los pájaros la dicen y la flor no la olvida,
porque es simple y es vieja lo mismo que la vida.

Mas ¡ay! entre tus labios, que sentido profundo
Si cantas la canción mas antigua del mundo!...

La Antigua Canción - Leopoldo Marechal